Aprovecho que abrí este blog en su día (no sé si lo relanzaré), para hablar del que ha sido uno de los días más tristes del año para mí, y en mucho tiempo tampoco recuerdo decisiones tan difíciles como ha sido la de abandonar la maravillosa web que es futbolbritanico.com.
No sé las veces que me arrepentiré de dejarla, probablemente sean muchas, pero considero que no he de perjudicar a un proyecto que parece ser ya no busca lo mismo que busco yo. A mí me gusta hablar de la Football League, me encante de hecho. A la vez, soy "especialito", por así decirlo, para elegir el tipo de contenido que me gusta ver en las redes sociales.
No voy a hablar más del tema de por qué he abandonado, porque me apena, no voy a decir el por qué de todo porque no hace falta explicar las decisiones que se toman por un hecho puntual, pero considero que el camino que se ha tomado se ha hecho consecuentemente pensando en el bien de la web, y quizá sea yo el que, sin querer, no buscase este bien.
He visto gestarse el proyecto, nacer, crecer, reproducirse en cuentas y en radios propias, y sé que no lo voy a ver morir, por el hecho de que a esta web no la van a matar, pero como los novios que se han de separar por no hacerse daño, he decidido marcharme para no crear un cáncer que, aunque fácil de extirpar, provocaría demasiadas sesiones de quimioterapia.
No quería que llegase el final, pero lo ha hecho, y afortunadamente he de decir que estoy en paz con todos mis compañeros, con el equipo directivo y con todos los amigos que he hecho en la familia de #futBRIT. Germán, Pablo, Antonio, Javier Pérez, Iván Rivera...Sois muchos, y también hay algunos que he hecho indirectamente.
Este blog, u otro que pueda crear, no tendrá nada que ver con el hecho de hacer competencia ni nada semejante a esa casa, ni mucho menos, pues no estaría ni a la sombra. No hay despecho ni nada semejante, solo deseo de hacer las cosas a mi manera, como espero que todos tengamos esperanzas de actuar.
Un saludo muy fuerte a todos, y muchas gracias por los cinco minutos empleados para leer este texto, que no pasará a la historia por nada especial, pero siempre es bueno recordar de dónde viene uno y el por qué de las cosas.
Football League España
jueves, 6 de noviembre de 2014
jueves, 20 de junio de 2013
Keith Alexander, la fugaz vida de un pionero
En las próximas tres entradas empezando por esta, se va a
homenajear en este blog a tres personas que nos han dejado en los últimos tres
años y que tenían un peso específico dentro de sus clubes o de la propia
estructura de la Football League.
El fútbol es recordado por las infinitas alegrías que da,
pero por desgracia, existe el sentimiento de pena cada vez que algo no sale
como el aficionado espera, no obstante, siempre puede ser todo un poco peor.
Keith Alexander, Richard Butcher y Adam Stansfield, gente de
club, personas que rechazaban año tras año mejorar en sus carreras para
intentar lograr éxitos donde se sentían admirados. Los tres tienen en común el
mismo porvenir, la muerte prematura.
En los tiempos que corren, en que las distancias étnicas quedan cada vez más reducidas a meros requerimientos de mentes ancladas en un
oscuro pasado de la humanidad, se puede decir con orgullo que fue Keith Alexander uno de los impulsores de este
avance en el fútbol inglés, ya que fue el primer negro en entrenar en el fútbol
profesional, y lo hizo con el Lincoln City, donde jugó en parte de su carrera.
No obstante, llegó a formar parte de dos banquillos más dentro del balompié
profesional inglés, Peterborough y Macclesfield.
La carrera de Alexander quizá no esté plagada de éxitos, más
bien fue un entrenador de formar proyectos para el largo plazo, de los de no
sufrir, de hecho, a lo largo de su carrera, logró más descensos que ascensos,
pero fue el precursor del mejor Lincoln City de las dos últimas décadas, con
jugadores de la talla de Frenear Green o Andrew Marriott, delantero mítico de
las categorías menores inglesas y portero muy cotizado en las mismas. Otros
descubrimientos que se le atribuyen son los de Mackail-Smith, Aaron McLean y George
Boyd, que pasaron del fútbol
semiprofesional a jugar hoy en Championship y, en el caso de Boyd, Premier
League.
Toda su carrera, y toda su vida se vieron truncadas el
fatídico 3 de marzo de 2010 en el que, tras un partido de su equipo, el
Macclesfield Town, que pasaba un momento complicado en League Two por aquel
entonces, le dio un ataque al corazón que fue mortal.
El legado futbolístico que dejó en su momento Keith
Alexander puede que esté infravalorado, en primer lugar, por ser el primer
entrenador de color en la historia del fútbol profesional inglés, y en segundo
lugar, por el descubrimiento de sus jugadores, en cambio, se le va a recordar
eternamente por una muerte prematura que no dejó acabar la historia que estaba
escribiendo por aquel entonces.
sábado, 23 de marzo de 2013
Divinidad, Davies, y el Forest.
En momentos de flaqueza o en la desesperación más absoluta, las personas, ya sea de manera individual o en sociedad, tienden a buscar la ayuda de una divinidad, de brujería, o cualquier concepto relacionado con aquello esotérico para aliviar el sufrimiento, y así, de paso, que no se diga que no han luchado hasta el final. En el fútbol, para variar, no es menos, y en Nottingham, se ha dado otro caso de búsqueda de ayuda milagrosa, y además, funciona.
El Forest, ese histórico de las islas venido a menos, con dos Copas de Europa en su historial y una dilatada historia plagada de jugadores y entrenadores de renombre, entre los que predomina el gran Brian Clough, fue adquirido por unos empresarios con fama de ser muy buenos en las finanzas procedentes de Kuwait, mediante la compra del paquete accionarial a los antiguos propietarios tras la muerte del presidente la pasada campaña. Como siempre que se compran clubes por parte de gente con dinero y extravagante, no ha habido descanso ni una semana en las oficinas del Nottingham Forest.
Tras una apuesta clara por Sean O'Driscoll en el banquillo para lograr el objetivo de quedar en una zona tranquila a final de temporada en Championship, y mientras este lo estaba consiguiendo, de repente, llega la noticia del despido de este y ni más ni menos que tras lograr una victoria ante el Leeds en el Boxing Day. Los propietarios rizaron el rizo con la contratación de Alex McGleish, el cual no logró nunca asentar al equipo en una zona tranquila, hasta que llegó su dimisión a los cuarenta días de haber firmado. Entonces, como de la nada, apareció él, la divinidad a la que los aficionados se entregaban para enderezar el rumbo, Billy Davies.
El nuevo preparador no tiene mucho nombre en el panorama internacional, pues su experiencia en Premier League se resume a media temporada con el Derby County de Leacock, Earnshaw, Price, etc. , los cuales no quedaron precisamente en buena posición. Pero para la afición de City Ground, Billy es quien les devolvió la ilusión tras la vuelta de League One a Championship, clasificando al equipo dos años seguidos para Play Off de ascenso, pero una mala relación con el antiguo propietario hizo que abandonase el equipo en 2011. Pero esto es el pasado.
En el presente, la llegada del escocés ha proporcionado oxígeno, esperanza y alegría a la ciudad. El conjunto cogió confianza con un empate tras su llegada, y las cosas empezaron a mejorar, pero las cosas han ido todavía mejor de lo que el más optimista seguidor del Forest se podía plantear, seis victorias consecutivas han elevado a puestos de Play Off de ascenso al equipo y a tres puntos del ascenso directo. Las recetas del doctor Davies no se saben, pero es un entrenador carismático que en Nottingham tiene su lugar perfecto para hacerse un nombre.
Cohen, Moussi, McGugan, Majewski y Karl Darlow son los integrantes de la plantilla que estuvieron en su anterior etapa, y ante todo, ha sido el polaco el que ha notado su llegada, pues además de la titularidad, ha conseguido marcar goles y rendir a gran nivel. Quizá el Forest sea, la próxima temporada, el protagonista de una bonita historia en Premier League.
jueves, 28 de febrero de 2013
Ilusión post KO
Coventry es una ciudad habituada ya a los fracasos deportivos desde la entrada en el nuevo siglo. Lejos quedaron ya, aunque parezca que no, aquellos tiempos en los que se vivían partidos de Premier League con un equipo que trataba de plantar cara a las grandes leyendas de la mejor liga del mundo.
Gary Breen, Dion Dublin, o un jovencísimo Craig Bellamy, ostentaron el prestigio, en su momento, de jugar en la máxima categoría con el Coventry City FC, Highfield Road era el escenario. Cada semana, la sufrida hinchada veía pasar a cuantiosos jugadores de primer nivel, pero el nuevo siglo, además de cambios deportivos, también conllevó un lavado de imagen dentro de la entidad, siendo trasladada a un nuevo estadio, el Ricoh Arena.
Oscuros tiempos han transcurrido desde su descenso en 2001 desde la Premier League a Championship. Ninguna temporada logró estar completamente asentado en la nueva división, siendo su mejor posición la octava, y tras demasiados vaivenes y sinsentidos en la gestión, en 2012 llegó aquello que nadie quería, obviamente, pero parecía que muchos buscaban en el seno directivo del club, un nuevo descenso, esta vez a League One.
El problema parecía serio, y nada más lejos de la realidad. En primer lugar, el principal inconveniente, más allá de mantener o perder a sus jugadores más importantes, era la posibilidad de no poder jugar en el estadio Ricoh Arena debido a que dejaron de pagar el alquiler mensual, del cual debían ya una suma elevada.
Más allá de ello, y ya en términos deportivos, había dos grandes frentes abiertos en el verano que precedía a la actual campaña. Primero, Gael Bigirimana, emergente promesa del club, contaba con numerosas ofertas de Premier League, e iba a ser muy complicado mantener a alguien con suculentos contratos sobre la mesa. Finalmente, todos sabemos el desenlace, y el chico firmó por el Newcastle United. La otra duda era si se iba a poder mantener a la estrella, Gary McSheffrey, canterano del club, que vivía una segunda época en él, esta vez para intentar evitar lo que no pudo, perder la categoría. Pese a las ofertas que tenía de equipos con solera en Championship, decidió quedarse con vistas a ayudar a quien le hizo futbolista profesional, a volver donde le corresponde.
La cordura parecía haber llegado tras mantener al estandarte, y se trató de hacer una plantilla sobre él. Los tres fichajes más importantes, Franck Moussa, Steve Jennings, y John Fleck, evidenciaban que no se buscaban jugadores para ascender desesperadamente, sino juventud para proyecto a largo plazo, y se confirmó con la entrada al primer equipo de jóvenes como Jordan Clarke o Connor Thomas, con menos de veinte años ambos.
El inicio de campaña fue algo titubeante, no se lograba asentar el equipo a la categoría, y alguna jornada incluso la pasó en descenso. Demasiados disgustos parecían asediar a un Coventry que ya parecía tener suficiente con todo lo sufrido, pero no. La mala racha seguía, hasta que se despidió al técnico Mark Robins, y entonces llegó alguien inesperado. Lee Carsley, sí, ese mito que jugó en Premier League con el Everton, e incluso con el Birmingham, y ya retirado, se convirtió en el técnico interino del club.
Desde entonces, la racha del City es muy positiva, hasta el punto de que, a día de hoy, a falta de once jornadas, se encuentra a cinco puntos de la promoción de ascenso a Championship, y se perfila como candidato a estar en la lucha hasta la última semana del campeonato.
viernes, 22 de febrero de 2013
Madden, recurso perfecto para Johnson.
Yeovil es una ciudad acostumbrada a ver a su equipo de fútbol deambular por las categorías semiprofesionales en Inglaterra, así, al menos, ha sido la tónica hasta principios del siglo XXI. El hombre que logró cambiar el rumbo de su modesto club, el Yeovil Town FC, es Gary Johnson, entrenador mítico. Con él, se lograron 2 ascensos en 3 campñas, desde Conference hasta League One entre 2003 y 2005.
El preparador emprendió una aventura en Bristol que le llevó a estar a las puertas de la Premier League, mientras tanto, los blanquiverdes, tuvieron en sus manos ascender a Championship. Pero poco a poco, como si el destino quisiese unirles, sus trayectorias comenzaron a experimentar unas caídas muy preocupantes. El club, año tras año peleando por no descender, el entrenador, por su parte, despedido del Bristol City y del Peterborough United. Entonces, llegó el momento, Gary regresaba a casa, el Yeovil, recuperaba a su ídolo.
El pasado curso logró salvar al equipo sin demasiados apuros, pero esta ha llegado la hora de dar el salto, y ello solo se puede lograr, según, Gary, claro, de una manera. Metiendo muchos goles. Sus defensas se caracterizan por ser más bien blandas, por eso, siempre depende de un ariete capaz de meter unos 15 ó 20 goles en cada campaña. Paddy Madden, es el hombre.
Irlandés, nacido el 4 de marzo del año 1990 el delantero no ha destacado en sus dos temporadas anteriores en Carlisle como alguien muy goleador, de hecho, llevaba 2 goles contando también el inicio de esta, en 35 partidos como titular y 27 de suplente. Pero Gary pidió su cesión, algo que sorprendió, ya no por recurrir alguien que jugaba en un, a priori, rival directo, sino porque, además, el otro conjunto no puso ningún impedimento. Claramente, el Carlisle United se equivocó.
En cuanto a números, hablan por sí solos. Madden es el máximo goleador de la liga con 17 tantos y el Yeovil se encuentra en la quinta posición, en Play Off de ascenso, pero a tan sólo un punto del primer clasificado, el Swindon Town. Eso sí, hay una cosa que no cambia, el equipo ha metido 55 goles, pero ha encajado 40, algo muy característico en Johnson, muchos goles en contra.
Yeovil - Gary- Madden, no se sabe el tiempo que durará el trío que está causando euforia en League One, pero lo que es evidente, al menos a día de hoy, es que en la ciudad pueden ver fútbol de Championship por primera vez en su historia.
miércoles, 30 de enero de 2013
Scunthorpe: Del todo a la nada.
Nombres, en el fútbol lo son todo, unos pasan a la historia, otros se quedan en la memoria de unos pocos que pudieron tener interés en algún momento por ellos, y otros, simplemente, se quedan con más pena que gloria en el corazón de aquellos más nostálgicos. Scunthorpe, ese es el protagonista de todo lo que aquí se va a plasmar.
En España pocos aficionados fuera del País Vasco recuerdan a Alejandro Calvo García, pero lo cierto es que gracias a él, ex jugador de este club, hay alguien que se interesa por una entidad que este año se encuentra en zona de descenso de League One, pero tampoco es el ex futbolista quien va a ocupara mayor lugar que este párrafo en la historia.
Nigel y Gary, entrenador y delantero, más conocidos por sus apellidos, Adkins y Hooper, tienen mucho que ver con los años de gloria de este olvidado equipo, más concretamente, en la temporada de mayor nivel en los últimos veinte años que se ha visto en Glanford Park, y aparecieron sin apenas hacer ruido, como actores secundarios.
El primero, tras años en diferentes staffs técnicos como fisioterapeuta, recibió una llamada tras la destitución del entrenador del equipo por entonces, Brian Law, y no dudó en aceptar la oferta que le llegó en 2006. La misma campaña logró ascender a Championship de manera arrolladora, y la siguiente, en esta categoría no logró salvar al club. No obstante, no se rindió, y volvió a ascender en Play Off en 2009, manteniendo esta vez la compostura en segunda y se salvó de manera holgada. Pero el peso de la historia, y el del dinero en este fútbol de hoy en día, pesan más que cualquier otra cosa, y el Southampton, tras echar a Alan Pardew, le llamó para League One, aceptando la propuesta. Otra vez, se acababa la ilusión en este modesto equipo llamado Scunthorpe United.
Gary Hooper, canterano del Tottenham, pasando con más pena que gloria por clubes como Hereford o Maldon Town, vio como Adkins le quería para su proyecto en Championship, el resultado fue algo magestuoso, ya que logró más de cincuenta goles en unas ochenta apariciones, pero, como en el caso anterior, apareció el poderoso caballero don dinero, y la posibilidad de jugar en Europa, la Champions League si salían las cosas bien, sí, el Celtic FC, de Escocia, se fijó en él, le puso el ojo, y el Scunthorpe se volvió a quedar sin una pieza clave.
Los daños de estas pérdidas aún se pagan, la entidad no ha logrado estabilidad en el banquillo, y pese a fichajes de delanteros con buen nivel para la categoría donde milita, lo cierto es que estos fracasan, quizá fruto de la añoranza de aquello que un día tuvo en sus manos.
lunes, 28 de enero de 2013
Como en casa, en ningún sitio
El nivel de los futbolistas depende de
muchos factores, la forma es el principal, pero tener a compañeros en el
mismo equipo e idéntica posición que rinden de una forma muy por encima
de uno mismo crucifica durante el tiempo de coincidencia en el club al
que a priori parece menos bueno. Tom Pope es nuestro protagonista,
actual máximo goleador de League Two, que tuvo este problema hace tres
campañas.
Este potente delantero nacido hace 27 años en Stoke-on-Trent
surgió en el fútbol profesional como producto de la cantera del Crewe
Alexandra, de la cual han salido grandes jugadores como Nicky Maynard,
Rob Jones y Dean Ashton. Pero a Tom le pilló en una época de clara
decadencia del club, ya que tras descender de Championship, vivió otra
decepción bajando a League Two con él siendo muy joven dentro de la
plantilla.
Llegó
el momento del cambio, el Roterham lo quería y él necesitaba nuevos
retos, pero nada fue como se esperaba. Además de su bajo rendimiento,
llegó a la entidad otro delantero, procedente del Rochdale, Adam Le
Fondre, que llegaba con buen cartel, pero en el nuevo equipo consagró su
efímero salto a la fama en la categoría, sacrificando, con esto, a Tom
Pope. Tras varias decepciones y la llegada del nuevo entrenador, Evans,
procedente del Crawley, que le dejó claro que no contaba, en 2011 firmó
por su equipo desde pequeño, el Port Vale, de la misma categoría.
Micky
Adams, el técnico de su nueva casa, le catalogó como gran fichaje, ya
que debido a los problemas económicos que habían tenido, poder contar
con alguien consagrado en League Two, era casi un milagro. Sin
delanteros mejores que él en cuanto a rendimiento, y con un once en el
que él era la pieza clave, no anotó una cantidad grande de goles, así,
la pasada campaña, logró 5. Pero es esta temporada donde está
demostrando lo que vale, lleva 25 goles transcurridas 28 jornadas, más
que Le Fondre a estas alturas cuando se encontraba en la misma
división.
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